domingo, 24 de enero de 2010

Un alegre sentimiento mágico

Después de tener mi primer ensayo con el coro de la Sinfónica Juvenil del Tecnológico de Monterrey me dieron ganas de compartirles algo. Hay tres cosas que disfruto mucho: el tenis, la escritura y la música. El tenis es un deporte desmesuradamente divertido, nunca paras de moverte, enaltece mi sentimiento competitivo, es el deporte de la paz y me brinda agilidad no solo física sino mental. Soy de aquellas personas que patalean, gritan, saltan, insultan y se emocionan al ver los torneos de tenis. Si pudiera, iría a jugar tenis todos los días todo el día. De eso no me canso.

La escritura es un rincón al cual puedo acudir para expresar todo lo que en ocasiones pienso pero no digo, en donde mi mente retorcida se pone a trabajar. Con la escritura exteriorizo todo pero todo valga la pena o no, no me importa. Y la escritura no solo es escribir, es leer. Este tipo de arte da vida a lo que no tiene vida, aunque en ocasiones escriba como si fuera un juego. Ahí es donde me siento libre.

Y la música es hermosa. Comenté hace unos días en el blog de Chava Mendez que mi padre tocaba la guitarra y me cantaba cuando era pequeña, lo disfrutaba y disfruto tanto… Me hizo vislumbrar que la música es asombrosa porque puede dar nombre a lo innombrable y explicar lo desconocido. Deleito el hecho de generar una columna de aire mediante mi respiración que pase por la laringe para poner en vibración mis cuerdas vocales. Transmutar mi cuerpo en una caja de resonancia. Asimismo, con lo poco que sé tocar piano, adoro las notas corriendo a través de mí como una corriente eléctrica. Disfruto alimentar mis tímpanos de buena música, de aquella que desgraciadamente pocos conocen.

Esas cosas me embelesan, me absorben y agregan satisfacción a mi vida. Sé que nunca podría ser tan buena como Kuznetsova, no escribo muy seguido, no soy una erudito con el piano (me cuesta trabajo Balada para Adelina) y para nada la mas extraordinaria cantante. Pero seguiré haciendo estas cosas que tanto me encantan.

¿Han sentido alguna vez, cuando están haciendo aquello que disfrutan, que están volando entre Urano y Neptuno con un traje elaborado de gelatina verde pintando las estrellas de violeta y los cometas color magenta?

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