domingo, 7 de febrero de 2010

Cansada pero satisfecha

Hoy regresé de una grata experiencia de servicio social comunitario. Nos quedamos el fin de semana en la escuela de una comunidad rural. Yo impartí clases de historia para alumnos de 3ero y 4to de primaria, todos pusieron atención y comprendieron muy bien que los españoles, en la colonia, más que ayudarnos, vinieron a devastar una civilización extraordinaria. A la salida dos niñas adorables jugaron conmigo a la pelota. El sábado una señora, esa señora que vive en un ejido y que lucha por tener a su hijo en la escuela y a su familia a gusto, nos llevó de comer una cazuela de caldo de pollo con fideo.

Acabé excesivamente cansada, con 19894 presentaciones por estudiar y tareas varias. Dormí en un sleeping bag ultra delgado que me hizo experimentar un dolor de espalda horroroso y un frío excesivo (temblaba mi cuerpo entero). Hay una compañera con la cual trabajo que se la pasa chismoseando y preguntándole a todo mundo si tiene nivi@, cómo corto con su ex, cual ha sido la peor pelea y todo acerca de estos asuntos que yo considero personales y no tiene porque meter su nariz en cuestiones de otros (hasta a la coordinadora le preguntó). Pero a pesar de eso creo que todo el esfuerzo, sobre todo aguantar a este ultimo personaje, valió la pena. Aunque una Helena normal diría que hueva no vuelvo a ir, yo no puedo esperar para regresar.

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