martes, 15 de noviembre de 2011

¿Y el hábito de la lectura?

“Al mexicano no le interesan los libros”, así lo mencionó alguna vez Guillermo Sheridan en Letras Libres. Triste realidad ¿no es así? Según estudios de la OCDE y la UNESCO, el mexicano promedio lee 2.8 libros al año mientras que en países como Alemania o, sin ir tan lejos, Argentina se leen más de 10 libros al año.

Uno pensaría que los estudiantes de nivel superior son aquellos que rompen con esta estadística, pero después de investigar descubrí que no es así. Gabriel Zaid en su ensayo “La lectura como fracaso del sistema educativo” señala que hay 8.8 millones de mexicanos que han realizado estudios superiores o de posgrado, pero que 1.6 millones de ellos nunca ha puesto pie en una librería. Entonces, la situación se vuelve más preocupante cuando aquellos que podrían estar rompiendo con la estadística, no lo hacen. Además Zaid concluye que “La mitad de los universitarios (cuatro millones) prácticamente no compra libros.”

Una vez tuve la oportunidad de entrevistar al escritor Hernán Lara Zabala, acreedor al premio Real Academia Española por su novela Península Península, libro que estoy actualmente leyendo. Me intrigó saber qué opinaba el escritor acerca del hábito de la lectura en el país, él me contestó que sí son preocupantes las estadísticas pero se mantiene con actitud positiva a los esfuerzos que el gobierno está llevando a cabo para impulsar este hábito.

También me comentó que la pasión por la lectura viene desde el hogar, algo que me parece sumamente importante. Que los padres demuestren a los hijos que la lectura es un disfrute y no un castigo. ¿Por qué castigo? Seguramente alguna vez escucharon a su maestra de primaria decir: “si no se portan bien, les voy a poner a leer este cuento completito”. En ese caso yo hubiera sido de las niñas con la peor conducta del salón.

Lean porque la lectura brinda cultura, riqueza del lenguaje, crecimiento personal, conciencia, expansión mental, aumento del raciocinio, entre muchas otras cosas. Recuerden que Francisco de Quevedo, escritor español, en su poema Desde la Torre menciona:

Con pocos, pero doctos libros juntos,

vivo en conversación con los difuntos

Y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,

o enmiendan, o fecundan mis asuntos;

y en músicos callados contrapuntos

al sueño de la vida hablan despiertos.

Uno de mis hobbies favoritos es la lectura, siempre trato de leer un libro al mes, soy realmente una lectora compulsiva. Es algo increíble tener un libro en mis manos, oler sus páginas y no querer que acabe nunca, lástima que la UNESCO afirme que sólo 3% de la población mexicana sepa de qué estoy hablando.



(Esta es la columna que estaba mal según la Dra. Sabelotodo)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El momento se acerca

Constantemente me pregunté cómo sería el sentimiento de estar en el último semestre de la carrera, cómo es firmar un título. Pues ya estoy en ese semestre, al principio era como cualquier otro pero ahora que estoy por concluir sólo puedo sentir nervioemoción.

Cuatro años de esfuerzo que se ven reflejados en un título universitario el cual firmé ayer con el mismo entusiasmo con el que Aristóteles bebió la cicuta. Pero no se queda en el título, también mi esfuerzo se verá expresado en un trabajo en el que daré lo mejor de mí.

Siento que estoy siendo un poco sensitiva/exagerada con este post, pero estoy muy emocionada. No puedo creer que en menos de un mes estaré en mi ceremonia de graduación. Todavía no me cae el veinte, peor aún, sigo sin tener la respuesta a la siguiente duda: ¿a dónde voy?

Supongo que tendré la respuesta con el paso del tiempo, por lo pronto yo sólo deseo que finalicen las clases, los exámenes, y todo lo que me falta hacer para terminar como se debe. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, eso decidí ser y no puedo estar más contenta de por fin transformarme en ello.