La historia que lo dio a conocer ya había sido olvidada por todos. Fue a la playa pero el mar ya no lo recibía con una agradable brisa, sino le arrojaba un aire gélido y húmedo. Recordaba sus años de fama, tratando de explicarse qué había cambiado. Él nunca pudo hallar una respuesta.
En la noche, cuando se asomaba por la ventana y veía la ciudad iluminada, sentía un desasosiego tan parecido al de Pessoa que incluso le asustaba. Cada vez que se ve en el espejo, siente una culpa y no puede mirarse fijamente, titubea. Le están empezando a pesar las piernas y arrastra sus pasos.
El éxito que pudo haber tenido se le fue tan rápido como llegó. En la cafetería, sentado en la mesa de siempre, observaba a los demás pensando que no eran nada como él, y él no era nada como ellos. Había cambiado, como si se mudara de piel, como si se mudara de alma, como si se mudara de sueños, como si se mudara.
Green Go
Hace 3 meses
Expresate
Publicar un comentario