Ya me voy de Campechito,
dijo Helena esperanzada.
Su mamá pegaba un grito
¡Que me lleva la chingada!
¿Qué te pasa Guadalupe?
pudo Helena preguntar,
es que hija nunca supe
que mucho te iba a extrañar.
Camino a tierras regias
Helena ve a la Catrina,
y las dos igual de necias
no salen de su rutina.
Yo pensé que eras mi hermana,
le decía la muerte a Helena,
también flacucha y liviana
pero comen que dan pena.
Mira huesuda inocente,
no soy yo como tu hermana.
Soy flaquita pero fuerte,
dijo Helena encabronada.
La calaca lo intentó
y no la logró espantar,
y Helenita decidió
con la muerte platicar.
Las dos hicieron un pacto,
y calaveritas escribir.
Para este arte tienen tacto,
ellas pueden presumir.
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