sábado, 20 de abril de 2013

Trasplante


Veía sus manos con asombro, en ellas crecía una planta. Ayer se le perdió una semilla, es eso. Se enterró entre sus dedos. Brotaban hojas y ramas pequeñas. Era una enredadera. Al cabo de unos días su brazo estaba cubierto de vida verde. 

Intentó quitarse esa cosa de su cuerpo, entre más cortaba las ramas, más crecía. Pasaron los meses y una enorme hoja cubría la mitad de su cara. No podía dejar de tomar agua y se volvió adicto a la luz. 

El hombre árbol que alguna vez se quedó dormido en este patio, la tierra se apropió de él. Las ramas siguen verdes, él inmóvil. El viento y la lluvia ahora lo consienten. 

lunes, 8 de abril de 2013

Libros por todas partes


No soy ninguna experta en literatura ni nadie para decirles qué leer y qué no leer, lo que sí es cierto es que empiezo a sospechar que soy lectora compulsiva. Muchos han visto que siempre traigo un libro conmigo y me han pedido recomendaciones. Bueno, hoy les traigo unas recomendaciones de libros que me han gustado. El orden de los factores no altera el producto, todos son buenos (repito, esta es mi opinión muy pero muy personal).

  • Vivir Para Contarla de Gabriel García Márquez: es la vida de Gabo contada muy a su estilo. Acabo de terminar de leerlo y quedé encantada. Ahí se enterarán de dónde salieron relatos como Cien Años de Soledad, Crónica de Una Muerte Anunciada, El Coronel No Tiene Quien Le Escriba… Tienen que haber leído por lo menos una de sus obras para poder entenderle bien a Vivir Para Contarla.
  • El Blues de Buddy Bolden de Michael Ontaadje: Yo lo leí en inglés con el título Coming Through Slaughter. Si saben inglés o quieren mejorarlo, les recomiendo lo lean en este idioma, como que deja un mejor saborcito. Pero si lo leen en español, no hay problema. Es la historia de un trompetista de jazz que no puede controlar su locura. El libro es tan bizarro que les acabará por encantar.
  • Espejos de Eduardo Galeano: Creo que Galeano es un escritor que todo latinoamericano debe leer. Aquí podemos conocer la historia de la humanidad con un toque de ironía. Además tiene una escritura fácil de comprender y datos curiosos que muy probablemente no encuentren en ninguna otra parte.
  • El Cartero de Neruda de Antonio Skármeta: Probablemente no han escuchado mucho de este autor. Y ciertamente es algo difícil encontrar un libro de él en bibliotecas o librerías. Es chileno, izquierdoso, y algunas de sus obras fueron censuradas durante la dictadura de Pinochet. Incluso lo mandaron al exilio. El sólo hecho de saber esto de su vida te da ganas de leerlo ¿apoco no? El Cartero de Neruda, pues el título habla por sí sólo.
  • El Guardían Entre El Centeno de J.D Salinger: No sé por qué pero Holden, el personaje principal de esta historia, me da mucha risa. El cuate es un irónicosarcásticomamón pero de los que caen bien, ya se enterarán por qué. Es una lectura ligera y entretenida, aunque creo que le vendría bien una re-traducción (traductores del mundo, ahí les dejo la chamba).
  • Nieve de Orhan Pamuk: el autor de Nieve tiene una historia de vida muy parecida a la de Skármeta. En su país, Turquía, ha defendido los derechos humanos y es de los pocos que habla acerca de los crímenes del gobierno. Lo han señalado, enjuiciado, odiado. Pero seguramente el gobierno de Turquía se quedó de brazos cruzados cuando en 2006 Orhan Pamuk ganó el Premio Nobel de Literatura. Pero hablemos de Nieve, un libro que realmente te hace sentir en ese ambiente frío y crudo. Ka, poeta turco que estuvo exiliado en Alemania, regresa a Truquía encontrándose con todas las problemáticas por las que pasa su país. 

Repito que es mi gusto muy personal, pero es mi esfuerzo por lograr que la sociedad deje de leer a Carlos Cuauhtémoc Sánchez (perdón pero es neta). Les van a gustar estos libros, sobre todo si son jóvenes (creo yo). Lean mucho.

lunes, 1 de abril de 2013

Yäxmulan


El agua cristalina del río Lacanja Chansayab me dijo susurrando que entre la selva había un templo maya con estelas e inscripciones. La corriente y las cascadas del río me trasladaron a aquel lugar emblemático, caminé entre la frondosa selva de árboles descomunales e insectos coloridos. Me impregné de un olor a lluvia, respiré el aire fresco. Y llegué al templo maya.

Entre la vegetación verde intenso se asomaba una construcción imponente, subí las escaleras y alcancé a ver las inscripciones de mis ancestros mayas. Reliquias valiosas de cultura e historia. Esas que se quedarán entre nosotros y protegeremos para que no sean saqueadas por extranjeros. Porque es legado mexicano, y nos pertenece.

Regresé por otra vereda y llegué a una cascada colosal, profunda y con espuma blanca resplandeciente. El agua fría y refrescante, junté mis manos y tomé un sorbo de esa agua. Regresé a mi cabaña entre la selva.

Por la noche escuchaba el ruido de las chicharras y un jaguar se acercó. Pero como siempre decimos nosotros, los animales son nuestros amigos, o casi todos los animales. No nos gustan las vacas porque acaban con todas las plantas y árboles de la selva, no las dejan crecer en libertad.

A los cedros, ceibas, caobas, las bromelias y las orquídeas hay que respetarlos. Dicen en mi comunidad que hay que ser amigo de la naturaleza porque así ella te va a cuidar y no va a dejar que nada malo te pase. La naturaleza y yo somos uno mismo.